Gran parte del financiamiento de Muhammad Ali fue gracias a David M. Rubenstein que invierte en personas e instituciones que nos permiten comprender el pasado y nos preparan para el futuro.
Y a las fundaciones Arthur Vining Davis que invierten en nuestro futuro en común y a la sociedad Better Angels y sus miembros Alan y Marcia Docter, el señor Paul Tudor Jones y su esposa, el fondo de beneficencia de la familia Fullerton Gilchrist y Amy Berg la fundación Brooke Brown Barzun, la fundación Owsley Brown III y la fundación Augusta Brown Holland.
Perry y Donna Golkin, John y Leslie McQuown, John y Catherine Debs, Fred y Donna Seigel, Susan y John Wieland y a estos otros donantes.
Gran parte de la financiación también fue gracias a la corporación para la radiodifusión pública y a importantes donaciones a su canal PBS por parte de televidentes como usted.
Gracias.
Entrevistador: ¿Ahora eres un hombre más sabio que antes?
Mucho más sabio, mucho más.
Hay un refrán que dice, "un hombre sabio cambia, pero uno tonto, nunca cambia".
Y yo he cambiado porque me he vuelto más sabio.
Entrevistador: Bueno, dicen que el camino de regreso es más complicado que la primera vez que se recorre.
¿Lo sientes de esa manera?
En mi mente es más fácil, pero para mi cuerpo puede ser que sea un poco más difícil.
Pero tengo que regresar.
Voy a regresar.
Cuando regrese, van a ver que soy mucho mejor.
Tengo mucho por qué luchar.
Una causa por qué luchar.
Howard: Creo que lo más importante de Ali después del exilio, es la misión de sanarse.
Es por eso que el ascenso es tan importante, tan vital.
Es por eso que la victoria importa, para enviar el mensaje de que él es esa persona que no vas a quebrar.
UNA PRODUCCIÓN DE FLORENTINE FILMS.
Howard Cosell: La multitud ovaciona a Muhammad Ali que camina por el pasillo.
Un hombre que está expuesto a toda clase de pasiones, a favor y en contra.
Ali sabe que tiene mucho que probar.
!¡La multitud reacciona!
Éste no es para nada el estilo normal de Ali.
¿Dónde está ese movimiento de Ali?
Es algo raro de ver, damas y caballeros.
Narrador: El 7 de diciembre de 1970, Muhammad Ali luchó contra Óscar Bonavena en el Madison Square Garden de la Ciudad de Nueva York.
Ya había derrotado a Jerry Quarry en Atlanta en su retorno después de tres años y medio de estar vetado por parte de las autoridades boxísticas tras haberse negado a la inducción en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un delito por el que todavía se enfrentaba a cinco años en una prisión federal.
Jonathan: Tan pronto Ali pisó el cuadrilátero después de su exilio, aficionados al boxeo, entrenadores, otros boxeadores se dieron cuenta de que él era diferente, era más lento.
Y como nunca había tenido una gran técnica, porque mantenía las manos muy abajo y nunca aprendió a agacharse para esquivar golpes, era más vulnerable.
Ahora iba a recibir más golpes e iba a tener que aprender diferentes formas de ganar.
Howard Cosell: Y ahora Ali se está comportando como el viejo Ali.
Terminó.
Ali es el ganador por nocaut a los dos minutos y tres segundos... Narrador: Necesitó quince rounds para derrotar a Bonavena.
Después de la pelea, Ali les dijo a los reporteros: "Recibí todo lo que me lanzó.
Y pega duro".
Su médico de combate, Ferdie Pacheco dijo: "Fue ahí cuando Ali descubrió algo muy bueno y a la vez muy malo: podía soportar un golpe".
[música suave] Narrador: En 1970, cuando Muhammad Ali ya había recuperado su licencia, muchos estadounidenses estaban cansados del creciente número de víctimas, de los macabros informes de la prensa y de las imágenes tan gráficas que llegaban desde las líneas de combate de la guerra de Vietnam.
Los disturbios civiles en Newark, Chicago, Detroit y muchas otras ciudades, habían dejado todavía más al descubierto la profunda frustración de los afroamericanos respecto de su estatus de segunda clase, mientras que la Nación del Islam, la secta religiosa separatista a la que Ali todavía apoyaba, se había retirado de la opinión pública desde la muerte de Malcolm X y ahora parecía ser menos amenazante para el Estados Unidos blanco.
♪ Gerald: Gracias a los cambios que se estaban dando en el país, como el movimiento contra la guerra de Vietnam y cosas así, el incremento del poder negro en el país, el aumento del radicalismo, de repente Ali tenía una audiencia auténtica, un grupo de seguidores, digamos, que nunca había tenido, y dejó de ser alguien que la cultura estadounidense percibía como un completo villano, ahora era un héroe para un considerable número de personas e iba a actuar para ese segmento específico de la sociedad estadounidense.
Narrador: Ali estaba decidido a recuperar el título de peso pesado, pero su sentencia por insumisión se avecinaba.
Durante los tres años y medio anteriores, había perdido una apelación tras otra.
Ahora su última oportunidad de evitar ir a prisión recaía en la Corte Suprema de Estados Unidos, si aceptaban conocer el caso.
Locutor: !¡El regreso del campeón mundial Muhammad Ali!
Narrador: El regreso de Ali al boxeo demostró que todavía era una atracción enorme.
En todas partes había personas ávidas de ver al boxeador más dominante de los años 60 nuevamente en combate.
Dunohy: Muhammad Ali, Cassius Clay... David: Cuando hablamos de las mejores peleas, hay peleas que son perfectas y hay otras que son dramáticas.
Su forma de pelear al comienzo contra Cleveland Williams o Zora Folley, antes de que lo sacaran de circulación por el drama del reclutamiento, era exquisita y perfecta.
Tenía la velocidad, la velocidad de la mano.
Dunphy: Ahí está el Ali shuffle.
David: No hizo ningún movimiento en falso y después lo liquidó.
No existe desempeño más perfecto.
Pero no es de magnitud homérica.
No implicó sufrimiento ni una gran oposición.
Eso sucede a comienzos de los 70.
Cuando hablamos de cualquier atleta, no hay un debate real a menos que tengan alguna rivalidad.
Así que no se puede hablar de Muhammad Ali sin hablar también de Joe Frazier.
En cierto modo, su rivalidad era con el sistema, los poderes establecidos, el Gobierno.
Pero su rival deportivo era Joe Frazier.
TERCER ROUND: LA RIVALIDAD.
Narrador: El 30 de diciembre de 1970, Muhammad Ali, el contendiente número uno de peso pesado, y Joe Frazier, el actual campeón mundial, se reunieron en Nueva York para anunciar su tan anticipado combate.
Ali: Predigo que cuando luche contra Joe Frazier será como un buen amateur que se enfrenta a un profesional de verdad.
Esto será como un chico salido de las olimpiadas contra el peso pesado más veloz que haya existido.
Aquí no habrá un combate.
Narrador: Firmaron el contrato más grande en la historia del deporte por el cual cada uno recibiría 2.5 millones de dólares.
Nunca antes se habían enfrentado dos campeones invictos por el título de peso pesado.
Se denominó como "la pelea del siglo".
Narrador: Dos semanas después, la Corte Suprema de Estados Unidos anunció que conocería la apelación de Muhammad Ali, lo que mantuvo la pequeña esperanza de que pudiera evitar ir a prisión.
El 13 de enero de 1971, Ali llegó a Miami Beach para prepararse para la pelea contra Frazier.
Angelo Dundee, el entrenador de Ali de toda la vida, preparó todo para que el boxeador se quedara en una exclusiva comunidad judía de retiro llamada Octagon Towers.
Fue el primer afroamericano al que se le permitió vivir allí.
Ali: Mi amigo.
Me da comida kosher todos los días.
Sí, señor.
Y también es buena.
¿A quién le vas, a Joe Frazier o a mí?
Me dicen que Joe Frazier es el nuevo campeón.
¿Qué opinas?
¿Y tú quién eres?
Yo soy el peso pesado... ¿Quién soy yo?
Mujer: Oh, se va a enojar.
♪ Narrador: El gimnasio Fifth Street Gym de Dundee, en donde Ali había entrenado por primera vez una década antes, rebosaba de reporteros y aficionados, cada uno de los cuales pagó un dólar para ver al boxeador entretener.
Ali no los defraudó.
♪ Contó chistes, se tomó fotografías, hizo trucos de magia y sacó sonrisas cuando imitó de forma burlesca el estilo de Joe Frazier.
Ali: Se va a tomar 20 fotos del rostro.
Narrador: Ali dijo: "Nunca he tenido tantas ganas de darle una paliza a alguien.
Las personas en todo el mundo verán quién es el rey".
♪ Si bien Ali había luchado dos veces en los últimos tres meses, estaba diez libras por encima de su peso ideal y no se le veía mucho interés en ponerse en forma.
Ferdie Pacheco dijo: "El entrenamiento "era en gran parte un truco publicitario.
Entrenaba un poco y luego hablaba mucho".
Joe va a salir a matar y yo no voy a bromear.
Yo voy a picar y a molestar.
Y su bata de agua voy a llenar.
Y esto los va a alterar, pero por mi golpiza tras la pelea, Joe Frazier se va a retirar.
Antes, cuando veía a Muhammad pelear, me sentía confiada de que él podría acabar con el que se le enfrentara en el cuadrilátero.
No me tenía que preocupar por nada.
"Pero te estás volviendo arrogante y no estás entrenando como deberías.
Solo estás tratando de convencerte de que vas a ganar, pero para eso se necesita entrenar y trabajar duro y eres bueno en eso, pero en este momento no estás entrenando bien y eso me tiene preocupada".
Hola, jovencita.
Mujer 2: Hola, señor.
¿Cómo está?
- Bien.
Ali: Bien.
Narrador: La única distracción de Ali no eran las multitudes y las cámaras.
Desde su exilio del boxeo y su suspensión de la Nación del Islam, había estado engañando a Belinda a menudo.
Sin importar a donde fuera, las mujeres buscaban su atención y su afecto, y las personas de su séquito le ayudaban a satisfacer su creciente apetito por sexo casual.
Belinda estaba destrozada.
También comenzó a tener sus propios amoríos.
Belinda: Todos cometemos errores.
No soy perfecta y tampoco esperaba que él lo fuera.
Mientras entrenaba para la pelea contra Joe Frazier, al campamento llegaban hombres con malas intenciones, le llevaban chicas.
Dije: "Bueno, esto no va a funcionar".
Empaqué mis maletas y regresé a Chicago.
Ali: No vienen a ver a un hablador, van a ver a un hacedor.
Hombre 3: Así es.
Ali: Ahora voy a entrenar.
Hombre 3: Sí.
Narrador: Cuando un reportero le preguntó si había perdido destreza, Ali contestó: "Sigo siendo igual de agudo... Solo que ahora peleo distinto.
Ahora soy un hombre maduro y fuerte.
Ya no tengo que bailar".
Ali: No solo le daré una paliza a Frazier, sino a todos los mal llamados expertos.
Luego de esta pelea, nunca volverán a hacer predicciones en contra de Muhammad Ali.
Hombre 4: Tal cual.
Ali: Nunca más.
Jonathan: Ali no creía que Joe Frazier fuera a darle muchos problemas.
Frazier era de menor tamaño y no era un boxeador agraciado.
Era un tipo que entraba dando golpes, te daba en la quijada y solo daba un golpe tras otro.
Locutor 2: Frazier lo está dando todo en cada golpe.
Jonathan: Pero tenía un gancho de izquierda que, cuando lo lanzaba, daba en el blanco.
Quizás es el mejor gancho de izquierda en la historia del boxeo.
Howard Cosell: Es el gancho de izquierda.
Jonathan: Y Ali siempre había sido vulnerable a él, toda su carrera, incluso cuando era amateur... El gancho de izquierda era el golpe que le costaba ver y que le había hecho daño muchas veces.
Ésta era una combinación peligrosa.
Reportero: Hablé con Muhammad Ali en Miami a comienzos de esta semana y dijo que eras un buen peleador callejero, ¿eso te hace enojar?
No me molesta para nada.
Narrador: Joe Frazier era el menor de diez hermanos, hijos de un ayudante con un solo brazo y su esposa, una jornalera, en las tierras bajas de Carolina del Sur.
A los seis años vio a Joe Louis pelear en un combate de exhibición cerca de Beaufort.
Más adelante, fabricó un saco con una bolsa de arpillera y lo llenó de arena, mazorcas, ladrillos, todo lo que pudo encontrar, y le daba golpes una hora al día.
Jerry: Su tío le decía el pequeño Joe Louis.
En la escuela era el más fuerte de la clase.
Y cuando los abusadores llegaban por el dinero del almuerzo de los otros chicos, él los defendía.
Narrador: Frazier dejó la escuela a los 15 años, y después de un breve periodo recogiendo cosechas, trabajando en construcción y cargando cajas en una planta de Coca-Cola, se fue de Carolina del Sur en busca de algo mejor.
Se mudó a Filadelfia con una tía, consiguió empleo en un matadero y, con la esperanza de perder peso, comenzó a entrenar en un gimnasio, Police Athletic League al norte de la ciudad.
Un día, un exboxeador amateur llamado "Yank" Durham vio como le pegaba a un saco.
Si bien el adolescente tenía pies rotados hacia adentro, tenía sobrepeso y brazos cortos para un boxeador, Durham quedó impresionado y se ofreció a entrenarlo.
El joven boxeador demostró ser dedicado y disciplinado.
Trotaba todas las mañanas antes de su turno en el matadero y entrenaba en el gimnasio tarde en la noche.
Narrador: En dos meses, Frazier entró al torneo Guantes de Oro del Atlántico Medio y ganó.
Dos años después, en 1964, consiguió la medalla de oro de peso pesado en los Juegos Olímpicos de Tokio.
De regreso en Filadelfia, comenzaron a llamarlo "el chico del matadero".
En agosto de 1965, casado, con tres hijos pequeños y de 21 años, Frazier se hizo profesional.
¿Será muy diferente luchar como profesional?
Solo he notado que los guantes son más livianos.
Nada más.
Reportero 2: ¿Y el dinero?
Bueno creo que, eso también será bueno.
A todos nos gusta ganar un poco de vez en cuando.
Walter: Joe Frazier luchaba más allá de lo que era.
La verdad es que no debería haber sido tan competitivo en la división de peso pesado, si tenemos en cuenta su tamaño y también sus cualidades.
Pero lo era porque también era una fuerza con la que había que contar.
No una fuerza política, tampoco intelectual, solo una fuerza boxística, una fuerza de la naturaleza.
Narrador: Frazier ganó sus primeras 24 peleas y se estableció como un contendiente por el campeonato de peso pesado que se le había retirado a Muhammad Ali.
Dave: Para elegir al sucesor de Ali, se hizo un torneo.
Su viejo oponente y amigo, Jimmy Ellis, ganó ese torneo.
Luego, Ellis se enfrentó a Frazier.
Este lo noqueó en el cuarto round y se convirtió en el campeón de peso pesado.
Así que una pelea entre Frazier y Ali era inevitable.
Sin importar quién ganara el campeonato de peso pesado, era falso automáticamente.
Su título no tenía validez si Ali no lo desafiaba.
Frazier: Bueno, me considero el campeón mundial de peso pesado hasta que el campeón vuelva a la acción.
Locutor 3: De Filadelfia... Gerard: Joe Frazier surgió como el hombre que la gente creía que podía derrotar a Ali.
Frazier era un boxeador muy bueno.
Creo que fue Norman Mailer quien lo llamó máquina de guerra, y era una expresión muy adecuada, era una máquina de guerra.
Howard Cosell: Frazier es fuerte.
Gerard: Atacaba con mucha agresividad.
Era incansable.
Howard Cosell: Ellis está de pie, !¡oh!
Tremendo gancho de izquierda.
Se terminó... Narrador: "Me voy a retirar", dijo Frazier después de noquear a Ellis.
"Voy a cantar rock 'n roll hasta que Muhammad Ali o Cassius Clay o como se llame pueda luchar conmigo".
Muhammad Ali y Joe Frazier se habían estado rondando desde que se conocieron en el Madison Square Garden en 1967.
En ese entonces, el joven boxeador le había pedido un autógrafo a Ali, y le prometió que en dos años estaría listo para enfrentarlo.
En su exilio, Ali había acosado a Frazier sin piedad.
Se aparecía en su gimnasio en Filadelfia, lo desafiaba a pelear y lo provocaba en televisión y en la radio.
Ali: Ya quiero que suene la campana.
Nunca he tenido tantas ganas de darle una paliza a alguien.
Voy a pelear en un callejón.
Quiero demostrar que Joe Frazier no es el campeón mundial de peso pesado.
Tenemos que darle una paliza a Joe Frazier porque es muy feo para ser el campeón mundial de peso pesado.
Bueno, ¿qué pasaría, Muhammad, si las cosas de hecho no resultan como usted cree y Frazier, eh, lo derrota?
Ali: Siguiente pregunta.
Narrador: Joe Frazier se estableció en el hotel Concord en las gélidas montañas de Catskill en Nueva York, donde se levantaba todas las mañanas antes del amanecer y trotaba cuatro millas y media.
En la tarde, golpeaba a varios adversarios elegidos por su capacidad para imitar la velocidad y el estilo de Ali.
Cuando una tormenta de nieve le impidió a Frazier entrenar afuera, regresó a su gimnasio en Filadelfia, donde sus fans observaban a Yank Durham mientras lo hacía pasar por un inclemente ejercicio tras otro.
"¿Por qué le dan tanto espacio a Clay?
", se quejó Frazier.
"Cualquier cosa que diga termina en el periódico, en todas las páginas".
Muchos quieren que pierda por lo del reclutamiento.
Muchos quieren que pierda por mi religión.
Quieren que pierda porque soy negro.
Y por otras razones que ni siquiera conozco.
Ali planifica una especie de regreso en donde ahora es un héroe antiguerra.
Es la persona que sacrificó años de su carrera debido a sus creencias.
Así que no lo ven como un evasor del reclutamiento cualquiera.
Lo ven como alguien que defendió sus creencias y que estaba dispuesto a pagar el precio por ellas, ¿saben?
Él dijo: "Estoy dispuesto a ir a prisión si ellos deciden que vaya.
Estoy dispuesto a ir a prisión".
Nunca intentó huir de eso.
Así que de esa forma se convirtió en una especie de mártir.
A eso es a lo que se enfrenta Frazier.
Narrador: A medida que se acercaba la pelea, Ali lanzaba más ataques contra Frazier, le decía ignorante y el favorito de los blancos sureños.
Según Ali, la única persona que llamaría a felicitar a Frazier, si ganaba, era Richard Nixon.
Joe Frazier, el campeón mundial de peso pesado: el torpe, feo y con pie plano de Joe Frazier.
Les enseñaré qué soy un campeón de verdad.
Salim: Ali se deleitaba con ese tipo de comparaciones.
Las hacía todo el tiempo.
Las hizo con Frazier.
En cierto modo, eran comparaciones muy desagradables.
En cierto modo, racista.
Pero se salió con la suya porque, bueno, era Ali y cualquier enemigo de Ali era mi enemigo.
Narrador: El reportero deportivo Dick Young acusó a Ali de menospreciar a Frazier, calificando su ataque verbal de "cruel e indigno".
Frazier dijo: "Los tiene a todos engañados.
No saben si vienen o van.
Yo nací en medio de este racismo.
No necesito que nadie me predique la diferencia".
Ali: Es la pelea más grande porque fue la primera vez que tuvieron a un campeón de peso pesado que hablaba rápido.
Cuando le preguntaban, "¿cómo se siente, campeón?"
"Da, da, da, da.
Sí, sí.
Oh, oh, da, da, da".
Frazier: Trató de hacer y decir todo lo posible para ofenderme.
Con eso no estoy de acuerdo y pienso que habla por un lado de la boca y que es un farsante.
Jerry: Frazier dijo: "Cuando Ali era niño, le robaron su bicicleta.
Entonces tuvo que convertirse en boxeador.
¿Quién tenía una bicicleta?"
Él tenía 13 años.
"Yo trabajaba en las plantaciones días enteros, a los 13 años.
Me fui del Sur a los 15.
Trabajé en un matadero.
Trabajaba con sangre hasta los tobillos.
Y este tipo nunca ha tenido un trabajo de verdad en su vida.
Era el predilecto y consentido de los ricos de Louisville".
Joe tenía como el peso del cielo que cargaba Atlas sobre sus hombros.
Robert: Creo que a Joe siempre le molestaba que no lo respetaran, sobre todo, de esa manera.
Ahora, Ali hablaba mal de todo el mundo.
Le gustaba poner apodos, pero nunca había usado insultos que fueran raciales.
Y nunca dejó de hacerlo.
Y aquí tenemos a Joe que quería ser su amigo, que le había prestado dinero durante el exilio.
Un Joe que, bueno, se acercó a él de muchas maneras, un hombre de buen corazón, y Ali lo trataba mal todo el tiempo.
Ali: Joe Frazier es tan feo, que deberían donar su cara a la agencia de vida silvestre.
Todd: Ali hacía la clase de chistes que hacían los racistas sobre la apariencia de una persona negra.
Y hacía chistes sobre su falta de inteligencia.
El máximo negro consciente estaba haciendo una clase de bromas que prácticamente lo ponen del lado racista.
Por eso creo que había una contradicción entre su diplomacia pública y la forma como trataba a Frazier.
Todo esto se vio agravado por el hecho de que, muchas personas, como los conservadores blancos, por ejemplo, estaban apoyando a Frazier, no porque les agradara, sino porque se iba a enfrentar a Ali.
Pienso que era difícil porque uno quería apoyar a Ali.
Uno quiere apoyar lo que él representa.
Pero cuando uno mira en retrospectiva, creo que la forma en que atacó a Joe Frazier fue muy deplorable y dejó ver el lado oscuro de Muhammad Ali.
Podía llegar a ser muy cruel.
Joe Frazier no era tan elocuente.
Claramente no era carismático como Ali.
Siento que en ese caso usó sus poderes para mal, en lugar de usarlos para bien.
Tú no eres el campeón.
Tú no eres... Narrador: Ali explicó que cuando Frazier subiera al cuadrilátero, "se va a sentir como un traidor.
Se va a dar cuenta de que Muhammad Ali es el verdadero campeón.
Él no tiene nada.
Pero yo, yo tengo una causa".
Espera a que te tenga en el cuadrilátero... Gerard: Mucho de eso se redujo a quién era un auténtico negro.
En esa época, esa preocupación se debía a una ansiedad que estaban viviendo los negros acerca de su identidad, acerca de quiénes eran y lo que significaba ser negros y, ah, esta ansiedad terminó siendo representada de forma dramática por estos dos boxeadores.
Jonathan: Frazier solo quería matar a Ali.
Quería matarlo en serio.
Dijo: "Le voy a pegar hasta que se le salgan los intestinos por la espalda".
Estaba muy furioso.
Y Ali creía que esa rabia era una ventaja para él, no para Frazier.
Narrador: Cuando puso fin a su entrenamiento, los vecinos de Ali en Octagon Towers le hicieron una fiesta de despedida.
Los residentes ahora lo adoraban y lo despidieron con un pastel en el que se veía a Ali de pie sobre un oponente caído.
Una mujer se maravilló: "No puedo creerlo, un boxeador premiado.
Parece ser un buen chico judío".
Narrador: El 3 de marzo, cinco días antes de la pelea, una limosina llevó rápidamente a Ali desde el aeropuerto hasta su hotel en el centro de Manhattan y luego al Madison Square Garden a hacerse un examen físico antes de la pelea.
Cuando una multitud de admiradores rodeó al boxeador, sus guardaespaldas y la policía tuvieron que abrirle camino hacia la arena, en donde lo esperaban cientos de reporteros y fotógrafos.
En el camerino después del examen, los entrenadores de Ali luchaban por evitar que un gentío de celebridades, autoridades boxísticas, conocidos, compañeros musulmanes y aficionados sofocaran al boxeador, que casi no tenía espacio para cambiarse de ropa.
Cuando la limosina de Ali salió de la arena, los aficionados tiraron de las manijas, golpearon las ventanas y se subieron al techo.
Un admirador de cabello largo con una chaqueta militar hecha jirones, persiguió el auto por varias cuadras hasta que, en un semáforo, Ali bajó la ventana y le dio la mano.
"Ey, campeón, eres el mejor", gritó el joven.
La ciudad estaba en plena efervescencia.
Las sillas en primera fila se habían vendido en 150 dólares: casi el doble de lo que el Madison Square Garden jamás había cobrado, y los especuladores cobraban hasta 700 dólares.
Cuando el Garden sacó a la venta los últimos 4,000 boletos, los aficionados, que habían estado esperando toda la noche bajo temperaturas que casi congelaban, los compraron todos en dos horas.
Se esperaba que 300 millones de personas vieran el combate en circuito cerrado de televisión o transmisión vía satélite.
Narrador: Se tuvieron que negar más de la mitad de las 1,500 solicitudes de acreditación de prensa.
No había espacio.
"Es un clásico enfrentamiento por un título entre un hombre que sabe pegar y otro que es experto en que no le peguen", afirmó un reportero deportivo.
"La mejor combinación posible de todas".
Creo que Clay va a ganar.
Estoy segura.
Frazier.
Reportero 3: ¿Por qué?
- Creo que está en mejor forma.
Clay debería ganarle rápido y darle un buen jab.
Bueno, creo que gana Frazier.
A mí me gusta Clay, me gusta, me gusta escucharlo.
Narrador: Mark Kram, reportero deportivo, escribió: "Muhammad Ali trasciende, va más allá del boxeador.
No tiene rival".
Se refirió a Joe Frazier como "el mejor gladiador", en el sentido más puro de la palabra en la historia del peso pesado.
Los apostadores de Las Vegas le daban la ventaja a Frazier.
Frazier: Estoy tranquilo, sí.
Estoy listo para la pelea.
Jonathan: Era la pelea del siglo.
Era la primera vez que se enfrentaban dos campeones invictos.
Ali era campeón cuando le retiraron el título y nunca había perdido.
Frazier había ganado en las olimpiadas del 64 y nunca había perdido.
Además, el premio era de cinco millones de dólares, era algo inaudito.
Ali iba a ganar más en una pelea de lo que Hank Aaron ganó en toda su carrera jugando béisbol por más de dos décadas.
Era un espectáculo increíble.
Narrador: En la víspera de la pelea, Joe Frazier rasgueó una guitarra y se relajó con sus amigos en la suite de un hotel no revelado al que se trasladó después de recibir amenazas contra su vida.
En el hotel New Yorker, Muhammad Ali y todo su séquito habían reservado el piso 25.
El lobby estaba lleno de reporteros de todo el mundo, muchos de los cuales seguían en busca de acreditaciones para la pelea.
Arriba, Ali, rodeado de su círculo más cercano, divertía a unos cuantos reporteros.
Les dijo: "Mi gente me apoya.
"Ellos se identifican con mi lucha, "la misma que libran cada día en las calles "y contra la policía.
"Si gano, ellos ganan.
Si pierdo, ellos pierden".
Temprano en la noche del 8 de marzo de 1971, el Madison Square Garden comenzó a llenarse.
♪ Todd: Esto era como los Óscar y los Grammy, además de un gran combate de primera.
Todas esas cosas combinadas.
Las personas se acercaron a las afueras incluso cuando no tenían boletos para entrar.
Creo que lo que estaba sucediendo afuera era tan interesante como lo que pasaba adentro, y Ali era el motivo.
Él era quien generaba ese entusiasmo.
Ali va a ganar, puedo sentirlo.
Todd: Sin duda era el lugar donde había que estar.
Muhammad Ali.
Narrador: Asistieron el escritor Norman Mailer, el director musical Count Basie, el presentador Ed Sullivan, el director de cine Woody Allen y la actriz Diane Keaton, los cantantes Marvin Gaye, Isaac Hayes y Bob Dylan, el excampeón Joe Louis, el editor de Playboy Hugh Hefner y Frank Sinatra, que estaba tomando fotografías para la revista Life.
♪ A Gwendolyn Brooks, la primera afroamericana en ganar un Pulitzer, le pidieron escribir un poema para el programa oficial.
Instó a los boxeadores a "permitir que el amor negro sobreviva a la sangre y al duelo".
Narrador: En la Casa Blanca se instaló un circuito cerrado para que el presidente Richard Nixon pudiera ver la pelea.
En su camerino, Ali dio a conocer su predicción, la cual había escrito días antes y estaba en un sobre cerrado.
Ante las cámaras, Ali anunció: "Los expertos en boxeo "quedarán anonadados "con lo fácil que derrotaré a Joe Frazier.
Caerá en seis".
Anunciador: El evento principal.
Quince rounds para el indiscutible campeonato mundial de peso pesado.
Recibamos, desde Louisville, Kentucky... Narrador: El contrincante, en sus zapatos "Ali Shuffle" blancos con borlas rojas que creía que lo hacían ver más veloz, entró primero.
Anunciador: !¡A Muhammad Ali!
Su oponente... Narrador: Joe Frazier, campeón mundial de peso pesado, con una bata verde con su nombre y el de sus cinco hijos bordados en dorado en la espalda, entró después.
Anunciador: El campeón mundial de peso pesado, !¡Joe Frazier!
Narrador: En el cuadrilátero, el árbitro Arthur Mercante les dio instrucciones a los boxeadores mientras se miraban el uno al otro.
Mercante: Dense la mano ahora.
Narrador: "Te voy a matar", Frazier le dijo a Ali.
♪ Dunphy: Frazier va a tratar de entrar y atraparlo.
Muhammad Ali se abre rápidamente.
Frazier pelea de una sola forma: entra con todo y castiga.
Michael: Joe era un pegador.
Que es básicamente un tipo que avanza como un tanque Sherman en modo ataque completo y está dispuesto a recibir dos o tres para dar uno o dos.
Mientas que Muhammad era un planeador, un artesano.
Te voy a golpear más veces de las que tú a mí y ni siquiera puedes encontrarme.
Narrador: Si bien los jueces le otorgaron los dos primeros rounds a Ali, él se alejó del estilo que alguna vez le había sido tan útil.
En lugar de estarse sobre los dedos de sus pies, bailando, se paró por completo igual que Frazier, lanzando jabs y combinaciones.
Dunphy: Puede ser que quiera pegarle a Joe.
Michael: Ali se estaba dando cuenta de que no se sentía cómodo bailando como cinco años atrás.
Dunphy: Hoy no está bailando.
Michael: No tenía la geografía del cuadrilátero bajo control.
Dunphy: Frazier le volvió a dar.
Michael: Solo se movía para alejarse de la tormenta, pero sin tener control de esa tormenta.
Básicamente, esa tormenta atrapó a Muhammad y Joe sacó provecho.
Dunphy: Muhammad Ali no logra mantener a Frazier alejado.
Y queda contra las cuerdas, algo que no debería estar haciendo.
Dave: Con Joe Frazier no podía jugar.
Frazier lo lastimaría.
En un punto de la pelea Ali se recostó contra las cuerdas y miró hacia abajo a los reporteros y dijo "no hay competencia" mientras que Frazier lo golpeaba, como cediendo un round.
Él podía hacer eso con personas de otro nivel, pero no con Frazier.
Narrador: Frazier se mantuvo abajo, moviéndose de arriba a abajo, pero avanzando sin descanso, reduciendo la distancia entre los dos y neutralizando el largo alcance de Ali.
Dunphy: Frazier ha bajado y zigzagueando todo el tiempo.
Michael: Frazier movía su cabeza constantemente, lo que hacía que fuera un blanco difícil para Muhammad y eso es agotador, tanto física como psicológicamente.
El tipo que tenía enfrente bajaba y zigzagueaba tanto que no podía golpearlo.
Dunphy: Frazier se está burlando de él.
Michael: Y se estaba mofando de él.
Dunphy: Le está hablando.
Michael: Fue una pesadilla.
Dunphy: Dijo que atacaría al cuerpo y eso hace.
Michael: Su teoría era permanecer cerca de Muhammad, no dejarlo respirar y golpearlo constantemente, golpearlo en todas partes, en los bíceps, en el hueso de la cadera, en el hueso del trasero.
Dunphy: Uh, eso tuvo que doler.
Michael: Si el árbitro está detrás de ti y no puede ver dónde pegan los golpes, que le pega en el hueso de la cadera... Está por debajo del cinturón, pero si el árbitro no lo ve, adivinen qué, no es una falta.
Dunphy: !¡Qué round!
Dos boxeadores invictos.
Ninguno se había enfrentado antes a un oponente del calibre de los oponentes de esta noche.
Hasta ahora, esta pelea está entre las mejores.
Narrador: Ambos luchadores atacaron con todo en el seis.
Ali tenía la intención de cumplir su predicción y Frazier estaba ansioso de convertir a Ali en un mentiroso.
Al final del round, Frazier seguía de pie.
En el séptimo round, los aficionados gritaban, "!¡Ali, Ali, Ali!"
Dunphy: El público grita, "!¡Ali!"
y Joe dice, "ven y pelea".
Narrador: Después del octavo, gritaban, "!¡Joe, Joe, Joe!"
Dunphy: No conozco a nadie que se divirtiera tanto en un combate como Joe Frazier.
Dave: Ali todavía podía moverse los dos minutos de un round, dos minutos y medio.
Hallaba la forma de descansar, pero Frazier lo golpeaba mucho.
Al decir esto, él nunca le pegó a Ali tanto como Ali le pegó a él.
Dunphy: Frazier ha recibido una buena paliza en este round.
Al final del combate, la cara de Frazier parecía la de una gárgola, llena de chichones y moretones.
Por todas partes.
Dunphy: Joe Frazier acaba de escupir sangre.
Sigue adelante.
Eso tuvo que doler.
Eso también.
Muhammad Ali se tambalea, lo sacudieron... Michael: La fuerza de voluntad del luchador es lo que determina quién gana y quién pierde.
Dunphy: Faltan treinta segundos para que termine el round.
Treinta segundos.
Michael: Y eso quedó claro como en esta pelea.
Dunphy: Muhammad Ali está en serios problemas.
Michael: Cada golpe que lanzaba Joe Frazier de seguro es porque estaba diciendo, "esto es de un tío Tom.
¿Todavía soy un tío Tom?"
Dunphy: Envió a Muhammad Ali contra las cuerdas.
Michael: Esa es la clase de malicia que hay que tener.
Dunphy: Casi lo manda al suelo.
Michael: Joe lo deseaba más que Muhammad.
Muhammad lo quería... Dunphy: Diez segundos... Michael: Pero Joe lo necesitaba y estaba llevando a Muhammad al límite.
Anunciador: Se acabó el round.
Se acabó.
!¡Qué round, damas y caballeros!
Dunphy: Muhammad Ali nunca había recibido una paliza así.
Puede ser que sea difícil que gane esta pelea.
Narrador: Antes del round 15, el último de la pelea, la cara de Frazier estaba inflamada y tenía el ojo derecho casi cerrado.
En la esquina de Ali les preocupaba que estuviera perdiendo puntos y le dijeron que tenía que noquearlo.
Anunciador: El quinceavo y último round.
Jerry: En el último round, a Ali le dijeron que tenía que noquearlo.
"No podrás ganar si no lo noqueas".
Y era cierto.
Entonces Ali salió.
Pam, bum, pam.
Combinaciones, esto, aquello.
Y Frazier esquiva hacia adentro.
Bum, gancho de izquierda, cae, se levanta rápido, pero con eso se fueron las opciones que tenía de ganar la pelea.
Dunphy: Hace el conteo obligatorio hasta ocho.
La única caída del combate.
A Muhammad Ali lo atacaron por la espalda, pero es un atleta con buen estado físico.
Muhammad Ali contrataca valerosamente.
El público está frenético.
Vamos a esperar la decisión de los dos jueces y el árbitro.
Y el cuadrilátero está comenzando a llenarse a pesar de las medidas de seguridad.
La gente sube al cuadrilátero, pero eso no debería pasar.
Anunciador: Damas y caballeros, el árbitro Arthur Mercante le da 8 a 6, uno más para Frazier.
Artie Aidala 9 a 6 a favor de Frazier.
Bill Recht 11 rounds para Frazier, 4 para Ali, 11 y 4.
El ganador por decisión unánime y que sigue siendo el campeón mundial de peso pesado.
!¡Joe Frazier!
♪ Narrador: Fue la primera derrota profesional de Muhammad Ali.
Regresó a su camerino, con la quijada terriblemente inflamada, en donde su madre, Odessa, lo abrazó y susurró "él va a estar bien".
La cantante Diana Ross fue a ver cómo estaba su amigo.
Al igual que el fotógrafo Gordon Parks, que no tomó ninguna fotografía.
A Ferdie Pacheco le preocupaba que la quijada de Ali estuviera rota, por lo que lo envío a hacerse radiografías al hospital Flower Fifth Avenue.
No había fractura, pero los médicos igual querían que se quedara esa noche.
Ali se negó, para no darle a Joe Frazier la satisfacción de haberlo mandado al hospital.
¿Qué dijo Muhammad Ali cuando llegaron al camerino?
Solo quería saber si había dado una buena pelea.
Narrador: Bundini Brown reemplazó a Ali en la conferencia de prensa después de la pelea.
Dijo: "Esto no se ha terminado.
Muhammad Ali viene de un receso de tres años".
Michael: En la pelea contra Joe Frazier vimos su deterioro porque sus piernas, que eran su principal herramienta, ya no lo eran.
Estaban muertas.
Narrador: Un nacionalista negro de Gran Bretaña lamentó: "Esta noche, el mundo negro llora porque su rey ha fallecido".
El presidente Muamar el Gadafi de Libia declaró un día de duelo.
Hunter S. Thompson escribió que "fue una experiencia muy dolorosa por donde se le mire".
Además, denominó la derrota de Ali como "el cierre adecuado de los años 60".
Narrador: Aunque los fans de Ali en todo el mundo perdieron la esperanza, la mayoría estuvo de acuerdo en que el combate había cumplido con las inmensas expectativas.
"La multimillonaria pelea valió cada glorioso y desconsolador centavo", escribió Arthur Daley en el New York Times.
Más de 5,000 personas habían soportado temperaturas de 18 grados Fahrenheit para ver la pelea en un circuito cerrado en el estadio abierto Three Rivers de Pittsburgh.
Los londinenses no durmieron para ver una transmisión que comenzó un poco antes de las cinco de la mañana.
Y en Vietnam, los soldados estadounidenses la escucharon en sus radios transistores.
Reportero 5: Joe Frazier superó el puntaje de Muhammad Ali esta noche y retuvo el campeonato mundial de peso pesado.
Reportero 6: Ali, ¿cómo se siente haber perdido por primera vez en su carrera profesional?
Siento que tengo una obligación hacia miles de aficionados que me apoyan, que lloran y que están preocupados por cómo me siento.
Creo que, si ellos se dan cuenta de que soy humano y yo me doy cuenta de que, que todos tenemos que perder y que la vida sigue, entonces se sentirán más fuertes.
Creo que una celebridad o los llamados grandes tienen la obligación de asumir las derrotas como hombres para poder soportarlas cuando vengan.
Porque todos vamos a ser derrotados, cuando perdemos seres queridos, la riqueza o los títulos.
Y hay muchas personas que no pueden soportar esa clase de presión y se desmoronan.
Cuando un hombre puede superar esto después de tantos años de triunfos y de ser tan superior en su campo y es capaz de enfrentar la derrota como un ganador, se vuelve un hombre mejor.
Reportero 6: ¿Usted...?
Ali: Perdí una pelea, es todo.
Robert: Al día siguiente, Ali se veía como si hubiera estado en una pelea.
Nunca antes lo había visto así.
La decisión fue justa a favor de Joe Frazier.
Pero creo que, en cierto modo, Ali se ganó a Estados Unidos.
Y la razón de eso fue que, ahora había quedado muy claro lo mucho que él había sacrificado.
Jonathan: Creo que perder contra Joe Frazier fue una de las cosas más importantes que le sucedió a Ali.
Porque ahora era humano.
Las personas lo odiaron cuando, eh, se negó a luchar por su país.
Lo odiaron cuando se cambió el nombre.
Pero ahora lo habían visto de espalda en la lona.
Después de que Frazier lo noqueó, se volvió a poner de pie.
Siguió adelante y pudo terminar la pelea, pero luego la decisión fue a favor de Frazier.
Así que Ali fue el perdedor, pero ahora era humano.
Y estaba buscando otra oportunidad para recuperar el campeonato.
Fue ahí cuando Ali se volvió de verdad popular en Estados Unidos.
Fue cuando niños como yo comenzamos a poner posters de él en las paredes.
Narrador: A Joe Frazier le costó recuperarse de la brutal paliza que había recibido.
No podía caminar, ni siquiera ponerse de pie.
Al día siguiente, sus ojos seguían hinchados y sensibles a la luz, y no podía orinar.
No pudo asistir a un estudio de televisión en dónde Ali y él debían hablar de su combate con Howard Cosell, y afirmó que tenía gripe.
Una semana después de la pelea, se registró en un hospital de Filadelfia, en donde los médicos lo pusieron en una dieta restringida y lo trataron por hipertensión y agotamiento.
Hubo un rumor de que estuvo a punto de morir.
Diez días más tarde, Frazier por fin regresó a casa.
Jerry: Fui a Filadelfia al gimnasio de Joe.
Estábamos en la acera y tres niños se acercaron corriendo.
Niños pequeños, de ocho años, negros.
Joe Frazier, Joe Frazier.
Le pidió a un ayudante que sacara las fotos del auto, les dio una palmadita en la cabeza.
De repente uno de los niños lo mira y dice: "Mi papá me dijo que Muhammad Ali estaba drogado".
Frazier se acercó, pensé que iba a empujarlo o algo, y le dijo: "Ve a casa y dile a tu papá que tiene razón, estaba drogado.
Yo lo drogué con un gancho de izquierda.
Ahora vete".
Narrador: Ali regresó a su casa estilo español de cuatro acres que él y Belinda habían comprado hace poco en Cherry Hill, Nueva Jersey, justo al otro lado del río Delaware desde Filadelfia.
Ayudó a Belinda a elegir los muebles, hablaba con su familia y amigos por teléfono y de vez en cuando jugaba con sus tres hijos, Maryum y las gemelas, Jamillah y Rasheda.
Pero cuando viajaba era más feliz.
En casa no paso mucho tiempo y ellas no me conocen.
Mi Maryum, la mayor, sabe quien soy, pero Rasheda y Jamillah no me conocen tanto.
Tienen casi un año y me dan muchos problemas si las alzo, pero tengo que comenzar a pasar más tiempo en casa.
Creo que la esposa y la mamá deben entrenarlas y que cuando tengan tres años estén listas para ir a una especie de escuela donde las preparen para el hogar y comiencen con el pie derecho.
Le gustaban los niños.
Le gustaba estar con ellos unos 20 minutos y ya luego los dejaba.
Pero él no podía, bueno, no podía tenerlos mucho tiempo.
Era solo por un rato y ya está.
Pero era un gran padre, se aseguraba de que todos tuvieran lo que necesitaban, en ese aspecto era un excelente padre.
Ali: ¿Sabías que tu papá es el mejor hombre del mundo?
Sabías que tu papá puede pegarles a todos los hombres del mundo y a ti no te importa.
Narrador: Algunos reporteros llegaron a su casa ansiosos por saber cuándo volvería el boxeador a enfrentarse a Frazier.
"Él está descansando y yo también.
El público también necesita descansar", dijo Ali.
También afirmó que una revancha sería su última pelea antes de retirarse del boxeo para dedicarse tiempo completo a difundir las enseñanzas de Elijah Muhammad.
Habían pasado casi dos años desde que el líder de la Nación del Islam había suspendido a Ali y le había retirado su nombre musulmán.
Elijah Muhammad le había dicho: "Si tienes el boxeo en la sangre, sácatelo".
Ali dijo: "No puedo volver a representar a los musulmanes hasta que me retire del deporte".
Narrador: Pero Ali había seguido usando su nombre musulmán y siguió relacionándose con miembros de la Nación del Islam, que ahora estaba plagada de una creciente violencia y corrupción al tiempo que algunos tenientes se perfilaban para suceder a su líder, que envejecía.
Y a pesar de la expulsión de Ali, Herbert Muhammad, el hijo de Elijah, seguía siendo el mánager del boxeador y se embolsaba una tercera parte de los ingresos de Ali, así como un porcentaje de las ganancias por los circuitos cerrados de televisión de cada combate.
En la década desde que se había vuelto profesional, Ali se gastó gran parte de los 7 millones de dólares que ganó ayudando a su familia y a su séquito, manteniendo numerosas casas y una flota de autos entre los que había dos Rolls-Royce, una colección de Cadillacs y un bus.
También regaló bastante dinero.
Jonathan: Hubo un tipo que llegó al gimnasio en silla de ruedas y una gorra de los Dodgers y que no tenía piernas.
Angelo se acercó a Ali y le dijo: "Ali, ese tipo te va a decir que es Roy Campanella y te va a pedir dinero.
Es un estafador, viene aquí todo el tiempo.
No le des dinero".
Cuando Dundee volteó a mirar y vio a Ali sacando algo de su bolsillo, un gran fajo de dinero y se lo dio al tipo.
Después, Angelo se acercó y le dijo: "¿Por qué hiciste eso?
Te dije que es un estafador".
Y Ali contestó: "Ang, nosotros tenemos piernas".
Se acercó un borracho, estaba temblando, eh, y dijo: "Señor Ali, ¿me puede dar dinero para comprar algo de comer?"
Ali acababa de comprar un abrigo de cachemira.
Se lo quitó, lo arropó con el abrigo y me dijo: "Dale diez dólares".
Y le di diez dólares.
♪ ♪ Mujer: En presencia de Ali, uno siempre sentía que a él le importaba.
Que en ese momento que el pasaba con uno no existía para él nadie más.
Y no estoy muy segura de que haya muchas personas como él.
Rasheda: Desde muy pequeños vimos que cada vez que papá se levantaba en las mañanas, creo que él pensaba en cómo ayudar a alguien ese día.
Y lo hacía todo el tiempo.
Si tenía un reloj Rolex, se lo quitaba y se lo daba a alguien.
Tenía dinero en los bolsillos, nosotros le decíamos: "Papá, no lo hagas, no puedes...".
Tenía dinero en los bolsillos y se lo daba a la gente.
Solo tenían que pedirlo y él les daba lo que ellos quisieran.
Porque para mi padre, el propósito era ayudar a las personas y hacerlas sentir especiales.
Ali podía tener 30 mil dólares en el bolsillo una tarde, y cuando regresaba, no tenía nada.
Alguien le contaba una historia triste, él caía y se ocupaba de sus hijos, de su casa, si iban a perderla, por ejemplo.
Le encantaba dar.
Si alguien estaba sufriendo, amaba ayudar a aliviarlo.
Creo que se va a ir al paraíso por eso, porque fue muy caritativo.
♪ ¿Cuál es su postura ahora sobre la posibilidad de ir a prisión?
No lo sé.
Estoy esperando, en cualquier momento.
Cavett: ¿Piensa en eso?
Ali: Cuando las personas quieren progresar de verdad, algunos tienen que sacrificar mucho.
Me gustaría decir que el Estados Unidos blanco en este momento está gastando 30 millones de dólares al día en Asia.
Jóvenes negros y asiáticos están muriendo injustamente por nada.
Por qué preocuparme por ir a una prisión para liberar a mi pobre pueblo que ha vivido en el infierno durante 400 años.
Narrador: El 19 de abril de 1971, Chauncey Eskridge, un abogado que había representado a Martin Luther King, se presentó ante la Corte Suprema en nombre de Muhammad Ali, argumentando que su condena por negarse al reclutamiento debía anularse.
Los magistrados en un comienzo no querían conocer el caso.
Tom: De nuevo estaban predispuestos simplemente a negarlo porque no parecía haber un tema legal relevante, pero el magistrado Brennan presentó un apasionado alegato de que al menos deberían conocer el caso, porque los estadounidenses no iban a comprender por qué una persona que estaba presentando una petición de este tipo, con el prestigio y la importancia de Muhammad Ali, no recibía ni un día en la corte.
Entonces la corte aceptó conocer el caso, convencidos de que probablemente iban a confirmar la condena.
Narrador: "El demandante simplemente no quiere luchar la guerra del hombre blanco, y eso puedo entenderlo", le dijo el procurador general Erwin Griswold a la Corte Suprema en nombre del Gobierno de Estados Unidos.
"Pero eso no es lo mismo que ser un pacifista".
El abogado de Ali argumentó que su oposición a ir a la guerra no era racial ni política, sino que se basaba en una creencia religiosa sincera.
Jerry: Thurgood Marshall no podía votar porque había trabajado en el Departamento de Justicia cuando acusaron a Ali por primera vez.
Así que tuvo que recusarse.
Por lo que los magistrados se redujeron a ocho.
Se sentaron y se reunieron y votaron cinco a tres a favor de que fuera a prisión.
Tom: En la época en que el caso de Ali estuvo en la Corte Suprema por segunda vez, yo trabajaba como asistente legal de uno de los magistrados, el magistrado Harlan.
El presidente de la corte lo designó para que escribiera el dictamen.
Y se esperaba que escribiera un dictamen a favor de que fuera condenado.
Narrador: Tom Krattenmaker había estado leyendo sobre la Nación del Islam y creía que el argumento de Ali de oponerse a luchar en guerras por motivos religiosos era igual al argumento que los testigos de Jehová habían presentado con éxito ante la corte en la década de 1950.
Jerry: El asistente legal del magistrado Harlan le dijo: "Con todo respeto, señor magistrado, tengo que mostrarle algo sobre la Nación del Islam y sobre lo que creen".
Creo que cuando leyó los documentos con mayor detenimiento, así como el material subyacente del caso, se dio cuenta de que Ali de hecho, tenía una objeción sincera en contra de luchar en todas las guerras.
Ali lo que dijo es que era miembro de la Nación del Islam, que entre sus principios religiosos estaba el no combatir en ninguna guerra en la que se pierdan vidas humanas al menos que sea Alá quien los lleve a la guerra.
Esas opiniones constituyen una objeción religiosa a no participar en ninguna forma de guerra.
Entonces un día el magistrado Harlan entró y dijo: "Saben, he decidido que tienen razón".
Es bastante inusual que un magistrado cambie de opinión.
En este caso fue como una bomba, nadie se lo esperaba.
Todos en la corte pensaban que la condena de Ali sería confirmada.
Narrador: El presidente de la corte, el magistrado Warren, se enfureció y llamó a Harlan un "apologista de los musulmanes negros".
El voto, que ahora estaba 4 a 4, significaba que la condena de Ali se confirmaría, pero los magistrados no publicarían un dictamen.
Sería como si nunca hubieran conocido el caso.
Entonces otro magistrado, Potter Stewart, descubrió un error de procedimiento de la Junta de Apelaciones de Kentucky que creía que podía servirle a la corte para anular la condena de Ali sin establecer un precedente.
No sabemos cuál fue la razón de la Junta Estatal de Apelaciones para negarle a Ali el estatus de objetor de consciencia, porque no dieron las razones.
Simplemente lo rechazaron.
Y de ese modo violaron el debido proceso legal a esta persona, Muhammad Ali.
Cuando el magistrado Stewart comprendió este punto procesal, él y sus asistentes legales lo redactaron y comenzaron a repartirlo.
Uno por uno, los magistrados lo aceptaron, la última persona que lo aceptó fue el presidente de la corte.
Así, al final, por un voto unánime se revocó la condena de Ali.
Reportero 7: La corte decidió, de manera unánime, derogar la condena del boxeador Muhammad Ali, o Cassius Clay ... Narrador: El 28 de junio de 1971, cuando Ali salía de una tienda en el South Side de Chicago, el tendero escuchó la noticia y corrió tras él para contarle.
Estaba en la calle 79 en South Side y acababa de comprar una naranja en una tienda, y el dueño salió, me agarró y me dio un abrazo con lágrimas en los ojos, un negro amable, y me dijo, "te acaban de reivindicar y eres libre.
Los ocho magistrados votaron a tu favor".
Y solo me abrazó y me apretó.
Reportero 8: ¿Qué opinas de nuestro sistema ahora?
Bueno, no sé quién será asesinado esta noche.
No sé quién será esclavizado o maltratado.
No sé a quién le negarán justicia o igualdad.
Por eso no puedo decir nada, solo puedo hablar de mi caso.
Y estoy agradecido de que los tribunales hayan reconocido la sinceridad de mis creencias en este caso.
Oh, eso fue hermoso.
Lloré porque... estaba muy feliz.
Mi hermano, mi hermano podía haber ido a prisión, cumplir una sentencia si lo hallaban culpable.
Pero no fue así.
Lo dejaron ir.
Él tenía razón.
La Corte Suprema le dio la razón.
Fue tan hermoso, y esto demostró que Dios existe.
Para él fue fácil, ¿y saben por qué?
Porque en su mente él estaba haciendo lo correcto.
Siempre haz lo correcto y serás feliz, no importa lo que diga la gente.
Haz lo que creas correcto.
Walter: Alguien me preguntó una vez en la escuela qué opinaba de la guerra de Vietnam y de la posibilidad de luchar allá.
Yo les dije: "Escucha.
No veo ninguna razón por la cual ir a dispararle a hombres y mujeres vietnamitas.
¿Por qué lo haría?
¿Por qué iría allá?
¿Por qué apoyaría eso?"
Yo pensaba que ese pensamiento era mío.
Eso demuestra qué tan poderoso era Muhammad Ali.
Es un pensamiento que había sacado de él, pero ni siquiera sabía que lo había sacado de él.
Cuando dijo, "los del Viet Cong no me llamaron negro", es decir, de alguna manera eso se me metió a la cabeza, pero fue sin querer, de forma inconsciente.
Ese es un líder de verdad, alguien que influye en ti y uno no sabe cómo sucedió.
Reportero 9: Imagina que peleas con Frazier y lo derrotas.
¿Y luego qué...?
¿Imaginar que lo derroto?
Le voy a dar una paliza.
La primera vez lo hice, lo golpeé por nueve rounds, lo golpeé tan duro que terminó en el hospital.
Eso fue después del exilio.
Si hubiera luchado contra Joe Frazier cuando me quitaron el título, lo habría masacrado.
Esperen que vuelva a un cuadrilátero con Joe Frazier y van a ver lo que le haré.
Me cansé de hablar de eso, ya verán lo que hago con Joe Frazier.
♪ Narrador: Joe Frazier no tenía ningún afán de luchar contra Ali ni contra nadie.
Le encantaba ser el campeón mundial indiscutido de peso pesado y se fue de gira por Europa con su banda de soul, The Knockouts.
♪ Narrador: Se presentó ante la legislatura de Carolina del Sur, uno de los primeros afroamericanos que lo hizo desde la Reconstrucción.
Tenemos que salvar a nuestra gente.
Narrador: Y compró un terreno de 366 acres que solía ser una plantación de arroz a las afueras de Beaufort, a donde se fue a vivir su madre, Dolly.
Un asistente afirmó que era poco probable que volviera a luchar ese año.
El hecho es que usted atrae al público y Frazier no, ¿o sí?
¿Por qué?
Primero que todo, es feo.
[personas riendo] No tiene ritmo, no tiene juego de piernas, no tiene clase, no sabe hablar.
¿Y quién le dijo que sabía cantar?
No sabe.
Narrador: A partir de julio de 1971, Ali, que ahora podía luchar cuando y donde quisiera, estuvo en nueve peleas en 15 meses mientras esperaba la oportunidad de volver a enfrentarse a Frazier.
Sus oponentes, que a menudo eran más pequeños, más lentos o habían pasado su mejor momento, eran elegidos cuidadosamente para proteger a Ali de una segunda derrota que habría acabado con su carrera antes de volver a luchar contra Frazier.
Primero, derrotó a su amigo de la infancia y compañero de entrenamiento de larga data Jimmy Ellis en el Astrodome de Houston.
Ali, que pesaba 31 libras más que Ellis, se vio desganado y sin preparación.
Frazier, que vio la pelea en un circuito cerrado en Filadelfia, quedó decepcionado.
Llamó a Ali payaso y lo acusó de subirse los pantalones cortos para ocultar la grasa de su cintura.
Narrador: Buster Mathis.
Jurgen Blin.
Mac Foster.
George Chuvalo.
Jerry Quarry.
Alvin Lewis.
Los derrotó a todos.
La vida de gira era caótica.
Ali se divertía con Bundini en los entrenamientos, les jugaba bromas a compañeros desprevenidos y pasaba horas viendo televisión.
También buscaba calmar su casi insaciable apetito sexual, engañaba a su esposa constantemente y a veces les pagaba a mujeres por sexo.
Los hombres de su séquito solían planear sus encuentros.
Reportera: Existe una teoría según la cual entre más diga uno lo grande que es, eso significa que uno no cree que sea de verdad tan grande.
¿Qué cree que le pasa a usted?
¿Qué me pasa a mí?
Reportera: ¿Cuáles son sus defectos?
Bueno, tengo muchos defectos.
Reportera: ¿Cómo qué?
¿Cuál es el peor?
No puedo decirle el peor porque estoy casado.
Dedúzcalo.
Bob: Creo que tenía excelentes principios morales, como ser honesto y caritativo.
Ahora, que si tenía principios morales para serle fiel a su esposa, no, para nada.
Mujer 4: ¿De dónde es eso?
¿Estás casada?
Bob: Ali era un mujeriego.
Eso se sabe y no voy a andar contando cuentos por ahí.
Fan de Muhammad Ali... Belinda: Lamento no haber... amh, intervenido en eso y... simplemente haberlo dejado hacer lo que quería.
Yo, yo lo lamento mucho.
Estamos en televisión.
¿Me das un poco de amor con un abrazo?
Belinda: Lo dejaba hacer lo que tenía que hacer.
Narrador: En septiembre de 1972, Ali derrotó a un Floyd Patterson entrado en años por segunda vez.
Esa fue la última pelea de Patterson.
Joe Frazier, que se presentó antes del combate, se paró en el centro del cuadrilátero y sonrió mientras Bundini Brown sujetaba a Ali, que fingía arremeter contra el campeón.
Howard Cosell: Muhammad Ali montó una escena.
"Déjame pegarle.
Déjame pegarle".
Narrador: "Detengamos esto y hagamos lo que pide la gente", les dijo Ali a los reporteros.
"Díganle a Frazier que deje de esquivarme".
♪ ♪ A pesar de los triunfos de Ali, algunos reporteros deportivos vieron a un peleador disminuido que ahora ganaba con artimañas, recibía demasiados golpes a lo largo de muchos rounds y que no merecía una revancha contra Frazier.
George Chuvalo dijo: "Sigue siendo muy veloz, pero esta vez falló en muchos golpes.
Sin duda le pegué duro".
Dick Young escribió: "Joe Frazier acabaría con él.
Es tan solo un recuerdo de El más grande.
Un triste recuerdo".
Pero su entrenador Angelo Dundee, a quién le preocupaba que su luchador estuviera haciendo todo automáticamente, estaba seguro de que otra pelea con Frazier sacaría lo mejor de Ali.
Entonces, en noviembre, presionado por autoridades boxísticas para que defendiera su título contra un contendor importante, Joe Frazier firmó un contrato para luchar contra un boxeador invicto de 23 años llamado George Foreman.
La revancha de Ali contra Frazier tendría que esperar.
[personas riendo] Hombre 10: !¡Vamos, noquéalo!
Noquéalo.
Eso, buen golpe.
Buen golpe.
Hombre 11: Dale otro golpe, vamos.
Noquéalo.
!¡Noquéalo!
!¡ja, ja, ja!
!¡Oh, ja, ja, ja!
!¡Lo noqueaste, excelente!
Narrador: En la primavera de 1972, Muhammad Ali compró seis acres en la cima de un cerro cerca de Deer Lake, Pensilvania, y comenzó a construir su campo de entrenamiento que contaba con un gimnasio de boxeo, una mezquita, una cantina y alojamiento para todo su séquito.
Ali y Belinda, que en ese mayo habían recibido a su cuarto hijo, Muhammad Ali junior, exploraron el lugar en busca de muebles para el complejo.
Compraron muebles antiguos para las cabañas, una carreta de caballos de 150 años para el jardín y una réplica de la Campana de la Libertad, la cual tenía planeado hacer sonar cada mañana a las cuatro y media para señalar el inicio de su día.
Ali le pidió a su padre que pintara sobre rocas distribuidas por todo el terreno los nombres de los campeones Joe Louis, Sonny Liston, Archie Moore y Jack Johnson.
Reportero 10: Bueno, Muhammad Ali no conoció al presidente, pero un día estaba pasando por el monte Rushmore y esto fue lo que sucedió.
Bien.
Y no se sorprendan porque pronto será verdad.
Reportero 10: Y eso te gustaría, ¿no?
¿No es así?
Narrador: Un día, mientras Ali entrenaba en un gimnasio improvisado cerca del campamento a medio construir, un amateur de 22 años de Easton, Pensilvania, llamado Larry Holmes, se acercó, ansioso por conocer a su ídolo.
Holmes, que tenía once hermanos y había sido criado por su madre Flossie en una vivienda social en el sur de Easton, en un comienzo peleaba a cambio de perros calientes y refrescos en las peleas en los bares del miércoles en la noche cuando tan solo tenía diez años.
Larry: Dejé la escuela cuando estaba en séptimo grado.
Era eso o que me expulsaran.
Por eso decidí salirme y ya.
Saben, trabajaba en un lavadero de autos, brillaba zapatos, hacía todo lo que podía para llevar dinero a mi casa.
Entonces conocí a un hombre llamado Ernie Butler que les enseñaba a los chicos a boxear y así comencé a aprender a boxear.
Narrador: Cuando Holmes llegó a Deer Lake, esperaba poder entrar al equipo olímpico.
Ali le dijo que le dejara ver su jab.
Le dio unos golpes.
"Vaya, qué bien".
Dije: "Larry, ¿trajiste tus cosas para boxear?"
y me dijo que sí.
Ali dijo: "Genial, necesito un buen entrenamiento".
Así que nos sentamos a verlos.
A Larry se le puso un ojo morado.
Le dije: "Larry, voy a ponerte un poco de hielo".
Me dijo: "No, no.
Volveré a Easton y le voy a decir a todos que esto me lo hizo Muhammad Ali.
Estoy orgulloso".
Entonces invité a Larry a nuestro campo de entrenamiento.
Larry: Yo llegaba y lavaba los trastes en la cocina.
Me sentaba en los camerinos, hablaba con él y le preguntaba cosas y, bueno, quizás se aburrió de que le hiciera tantas preguntas, pero igual le preguntaba.
Su rapidez y su movilidad.
Podía agacharse, alejarse de los golpes, de todo, bloquear, no lograba darle.
Bienvenidos nuevamente.
Soy Howard Cosell junto con Muhammad Ali y les traemos las finales de las pruebas olímpicas de boxeo.
Y veremos a Larry Holmes.
Larry: Yo copiaba muchas de las cosas que hacía Ali.
Todos me decían que era un copión.
Bueno, ¿y?
¿Qué sigue?
Ali: Su juego de piernas me recuerda a mí, porque siempre se está moviendo y dando vueltas... Larry: Iba a aprender del mejor.
Ese hombre era el mejor, así que lo imité.
Howard Cosell: Buen derechazo de Holmes.
Si no lo lograba, al menos lo habría intentado.
Pero la verdad lo hice muy bien.
Narrador: Holmes no logró entrar al equipo olímpico, pero siguió entrenando con Ali en Deer Lake.
Con el tiempo inició su carrera profesional que algún día lo llevaría de regreso a su mentor.
Howard Cosell: Estamos de regreso en el cuadrilátero y George Foreman, el retador, acaba de subir.
Ninguno tiene miedo.
George Foreman no tiene miedo.
Es un chico grande y fuerte.
!¡Y cae Frazier!
!¡Y cae Frazier!
Y cae Frazier.
Narrador: El 23 de enero de 1973, en Kingston, Jamaica, George Foreman envió a Joe Frazier a la lona seis veces antes de que el árbitro detuviera la pelea luego de un minuto y 35 segundos del segundo round.
Howard Cosell: !¡Ahí va, tres veces!
!¡Se terminó, se terminó!
Se terminó en el segundo round.
Narrador: Ahora Foreman era el campeón mundial de peso pesado.
Howard Cosell: Están cargando a George Foreman.
Están cargando a George Foreman en los hombros y salen del cuadrilátero.
Narrador: "Lo subestimé por completo", dijo Frazier intentando contener las lágrimas.
Al otro día, promotores desde Nueva York hasta Honolulú se apresuraron a ofrecerle a Foreman la opción de defender su nuevo título contra Muhammad Ali, al tiempo que los observadores especulaban qué tanto se vendería esa pelea.
Ali, que había estado dormido en su campo de Deer Lake durante la pelea, estaba seguro de que, al no pelear primero con él, Frazier les había hecho perder una gran cantidad de dinero a ambos.
Prometió aniquilar a Foreman, pero no sin antes enfrentar a una serie de contendores con quienes ya había acordado luchar.
Cinco semanas después, en San Diego, se enfrentó al número seis, Ken Norton, un ex marine de seis pies a quien solo le habían pagado 300 dólares por su última pelea.
Podrán ver a Muhammad Ali en vivo por televisión desde sus hogares... Narrador: Después de que no se vendieran boletos suficientes para los circuitos cerrados, los promotores decidieron transmitir la pelea en vivo en el Amplio Mundo de los Deportes de ABC.
Howard Cosell: Ali se enfrenta al clasificado número seis de peso pesado, Kenny Norton.
De Norton no se sabe mucho y se supone que este debería ser un entrenamiento para Ali.
Narrador: Ali entró a la arena con una bata cubierta de joyas con la frase "elección del pueblo" en la espalda.
Había sido un obsequio de Elvis Presley.
Howard Cosell: Buen derechazo de Norton, el público se emocionó.
Michael: Ken Norton no permitió que Muhammad Ali se le metiera en la cabeza.
Ali no lo intimidaba.
Él era un marine.
Si bien comenzó a boxear tarde, tenía una buena mecánica y era un gran atleta.
Howard Cosell: Le dio un izquierdazo a Ali y luego un derechazo.
Michael: Lanzaba golpes de todas partes.
Howard Cosell: La confianza de Norton crece cada vez más.
Golpeaba con su mano, con su mano abajo igual que Ali, y Ali nunca había visto a alguien hacer algo así.
Y lo superó en golpes.
Un jab fuerte... hace que dudes de lanzar tu propio jab o de lanzar cualquier golpe.
Punto.
De ese modo uno tiene un pie afuera.
No tienes equilibrio.
Joe Frazier era así, ¿saben?
Venía, se movía, subía y bajaba, mientras que Norton era así, bloqueaba los jabs, bloqueaba los jabs.
Bloqueaba los jabs.
Era !¡pam, pam!
Así.
Así que Muhammad no tuvo otra opción que intentar acercarse y quedar completamente expuesto.
Michael: Ken Norton sabía pegar.
Lograba llamar tu atención.
Cuando uno lanza ese tipo de golpes, eso deja ver la falta de respeto que le tiene al rival.
Estaba reduciendo a Ali de forma irrespetuosa.
Creo que Ken Norton pensaba que estaba al mismo nivel de Muhammad Ali.
Howard Cosell: Ali no se ha movido mucho en esta pelea.
¿Por qué?
Es difícil saberlo.
¿Su nivel ha bajado tanto?
Eso no es algo fácil de creer.
Habría que preguntarse si no se está tomando a Norton en serio.
Narrador: En el round ocho, Howard Cosell se dio cuenta de que un Ali casi silencioso había comenzado a mover la boca de forma extraña.
[campanada] Howard Cosell: Muy bien, regresamos para el round ocho y Ali no ha estado bien.
Creo que puede que se le haya partido un diente por la forma en que se le ve la boca.
Veamos si el doctor Ferdie Pacheco puede decirnos.
Ferdie, ¿le pasó algo a Ali en la boca?
Ferdie: No, creo que tiene un diente flojo, pero no hay fractura, no tiene nada roto.
No tiene nada.
Narrador: Pero Pacheco sabía que algo pasaba.
Un golpe de Norton en el segundo round le había fracturado el maxilar izquierdo inferior y los bordes dentados se estaban clavando por dentro de su mejilla.
Howard Cosell: Buen derechazo, está bombardeando a Ali.
Victor: Cada vez que Norton le pegaba, era dolor, dolor y dolor.
Howard Cosell: Ali tiene sangre en la boca.
Victor: Cada golpe era mucho dolor por el maxilar.
Howard Cosell: Uno se pregunta, ¿es ahora un vestigio del luchador que era?
Narrador: Ali seguía creyendo que podía derrotar a Ken Norton.
Bundini: Vamos, campeón.
Vamos, campeón.
Howard Cosell: Como pueden ver, Ali ha dado golpes en este round.
Está haciendo puntos.
Sin embargo, Norton sigue atacándolo y tiene a Ali contra las cuerdas.
Narrador: "!¡No me diste, tonto!"
Norton se burló de Ali.
"No eres más que un fantasma".
Howard Cosell: El público está enloqueciendo.
Presienten que la decisión será a favor del desconocido Kenny Norton.
Nadie puede creer lo que está viendo.
Es un Ali cansado y herido.
Locutor 4: El árbitro Frank Rustitch le otorga siete puntos a Norton y cinco a Ali.
Señoras y señores, la pelea es de Norton.
Howard Cosell: !¡Ahí lo tienen!
Una de las derrotas más sorpresivas en la historia del boxeo.
Narrador: Bundini Brown y Angelo Dundee se apresuraron a sacar a Ali del cuadrilátero, al tiempo que Norton abrazó a su viejo compañero de entrenamiento, Joe Frazier.
Howard Cosell: La boca de Ali está llena de sangre.
Gene: A Ali lo operaron del maxilar y yo me quedé con él toda la noche.
Cuando se despertó en la mañana, tenía cables en la boca.
Narrador: Tendría que esperar tres meses para volver a entrenar.
Al día siguiente, Ken Norton fue al hospital de Ali a saludarlo.
fue con un fotógrafo.
La imagen de Ali tendido en una cama de hospital con Norton mirándolo desde arriba apareció en todos los periódicos.
Howard Cosell lo declaró acabado.
Red Smith se refirió al boxeador como una débil efigie de Muhammad Ali.
Narrador: Había pasado casi una década desde que había derrotado a Liston para convertirse en campeón de peso pesado.
Muchos se preguntaban si ya no tenía velocidad en sus manos y pies, si todavía tenía voluntad para entrenar de forma adecuada, si su brutal pelea con Frazier le había hecho más daño del que se sabía, si podría volver a ser el mismo boxeador.
Justo antes de que Ali se enfrentara a Norton, Herbert Muhammad lo había reprendido por su mala condición y su exceso de confianza.
Solo entrenó tres semanas, no trotaba y al parecer se quedaba sin aire cuando golpeaba el saco y saltaba lazo en sus entrenamientos en San Diego.
También pasó varias horas antes de la pelea en cama con dos mujeres.
Narrador: Antes de dejar el hospital, las enfermeras le dieron un montón de cartas dirigidas a él.
"La mariposa perdió sus alas", decía una.
"La abeja perdió su aguijón.
Te cerraron la boca por toda la eternidad".
Luego, las pegó en la pared del gimnasio para inspirarse.
Cavett: Denle la bienvenida al increíble Muhammad Ali.
[aplausos] Narrador: A pesar de todas las dudas y de una lesión que lo silenció y que le impidió entrenar por un tiempo, Ali siguió siendo la atracción principal del boxeo, el atleta más cautivador de todos.
Cavett: Escuché por un tiempo, no pudiste caminar.
El médico me dijo que no podría, pero le dije que estaba equivocado.
Cavett: Si mañana te dijeran que no puedes volver a pelear, si examinaran tu maxilar y dijeran que es muy peligroso, ¿llorarías?
No, me alegraría.
Sería bueno enterarme antes de suicidarme.
Narrador: Cuando Ali y Norton acordaron una revancha en Los Ángeles en septiembre de 1973, hasta los críticos constantes se regocijaron, ansiosos por llenar sus cuadernos con las ocurrencias y las predicciones de Ali.
Ali: Derrotar a Ken Norton no será gran cosa.
Ese tipo no era nadie.
Y todavía no es nadie.
Lo convertí en alguien porque no entrené, me subí de peso y se me fracturó el maxilar.
No pude lograrlo.
Esta vez no me ganará.
Narrador: Ali le dijo a la prensa: "La pelea con Norton fue una advertencia de Dios.
Me castigó por hacer cosas que no eran conforme a mis creencias religiosas".
A finales de mayo, Ali, de 31 años y con un récord de 41 victorias y 2 derrotas, contra Joe Frazier y Ken Norton, se retiró a Deer Lake para comenzar a entrenar.
Luego de aniquilar a Ken Norton, voy a ir a Yakarta, Indonesia, para acabar con este Rudie Lubbers, el campeón de peso pesado de los Países Bajos.
Le dejaré las cosas claras a George Foreman, y por los viejos tiempos.
le daré una paliza a Joe Frazier justo en el Madison Square Garden.
Ya me cansé de hablar.
Narrador: Ali planificó trotar cuatro millas diarias y no iba a pelear sino hasta tres semanas antes del combate.
Dijo: "No puedo seguir jugando.
Esta vez me lo tomaré en serio desde el principio".
♪ Ali: ¿Pueden creer lo que ven?
Parezco como de 20 años, retrocedo en el tiempo.
Narrador: Ali nunca estaba solo en el campamento.
Su socio, Gene Kilroy, se encargaba de todo.
Luis Sarria, el masajista de Ali, agotaba al boxeador con sus exigentes rutinas de ejercicios.
Bundini Brown los animaba a todos, mientras que Lana Shabbaz alimentaba bien a todo el séquito.
Belinda iba seguido desde Cherry Hill con los niños, pero rara vez se quedaba mucho tiempo.
Los padres de Ali lo visitaban todo el tiempo y ayudaban en la cocina.
Su hermano, Rahaman, era su compañero de entrenamiento.
Howard Bingham lo fotografió todo.
Herbert Muhammad dijo: "Estas personas son como un pequeño pueblo para Muhammad Ali.
Aquí tenemos al comisario, al juez, al alcalde y al tesorero".
Soy esbelto.
Mi maxilar está listo.
Mírenme el cuerpo, mírenlo.
Está perfecto.
212 libras, el mismo peso que cuando enfrenté a Sonny Liston.
Para esta pelea talé 85 árboles.
Si hablamos de que Norton me cerró la boca, díganle que algo me la abrió más.
No crean en eso.
Prediciendo sobre el que predice.
Seré muy veloz.
Observen lo que haré con mis manos en el cuadrilátero esa noche.
Seré muy veloz, y si Norton juega sucio, voy a salir de la nada y lo voy a castigar.
Lo voy a golpear.
Rasheda: Mi papá, de hecho, conducía su autobús Bluebird desde Cherry Hill hasta Deer Lake.
Todos nos subíamos al autobús, su séquito, las niñeras y nosotros, con mamá, íbamos todos juntos.
Papá tenía una carreta.
Nos arrastraba en la carreta.
Allá había ponis para montar.
Puedo oler la madera de cedro.
Gratos recuerdos.
Ali: Ven a ver a mi hija... Narrador: Casi todas las noches después de la cena, el gimnasio se convertía en un cinema improvisado en donde todos se reunían a ver una película.
A veces, en las noches claras cuando Belinda estaba de visita, Ali y ella se sentaban en la carreta y buscaban en el espacio la nave nodriza que Elijah Muhammad les había prometido que orbitaba en los cielos.
Cuando su entrenador Angelo Dundee llegó tres semanas antes de la pelea, Ali estaba descansado, de buen ánimo y en excelente forma.
El 10 de septiembre de 1973, Ali se volvió a enfrentar a Ken Norton, en el Forum de Inglewood, California.
Comentarista: Ali no ha parado de bailar ni un segundo.
Este es el mejor Ali que hemos visto desde que regresó antes de la pelea con Joe Frazier.
Comentarista 2: Ese es el viejo Ali.
Comentarista: Así es.
Narrador: Esta vez Ali se paró en las puntas de los pies y demostró tener más resistencia de la que había tenido en años.
Comentarista: !¡Qué pelea!
Los dos están heridos.
El público está enloquecido al ver a estos dos pesos pesados lanzar sus ataques.
Comentarista 2: !¡La pelea del año!
Narrador: Los dos boxeadores llegaron a un empate en los primeros once rounds.
Comentarista: Doceavo y último round.
Narrador: Pero en el doceavo, Ali bombardeó la cabeza de Norton, apabulló a su oponente e inclinó la balanza a su favor.
Bien, ya estamos con Muhammad Ali.
Campeón, excelente pelea.
Creo que hace muchos años no tenías este estado físico y lo necesitabas.
Sí.
Tengo buen estado físico, pero estoy más cansado de lo normal por mi edad.
Narrador: Tan pronto se declaró a un ganador, la prensa desvió su atención a la tan anticipada pelea que por fin se estaba cocinando: una revancha entre Ali y Joe Frazier.
Algunos reporteros la vieron como una batalla entre glorias del pasado, a quienes el no haber peleado años antes les había costado millones.
Pero el combate sería una gran atracción y el ganador sería el siguiente en enfrentar a George Foreman.
El reportero deportivo Mark Kram escribió: "Son dos hombres frente a un precipicio.
Probablemente solo uno podrá recoger su talento y seguir adelante".
Lo enfrentaré.
Sabía que lo enfrentaría.
¿En dónde?
!¡Donde sea!
En la calle y en el ring.
Ali: Sigue diciéndome Clay.
Voy a sacar a todos los tíos Tom del boxeo.
Estoy harto de estos tíos Tom negros.
Eres un tendencioso.
Hablas por los dos lados de la boca.
Por uno a los blancos y por otro a los negros.
Narrador: En los dos años y medio que habían pasado desde la primera pelea, ninguno se había esforzado mucho para limar las asperezas entre los dos.
Ali: Te voy a contar algo, niño.
Alguien me contó... Frazier: No sé, ¿cómo que niño?
Dije Roy.
Entrevistador: ¿De verdad Ali le cae mal?
Bueno, no tengo nada de qué escribirle a mamá.
Ali: Tengo un compañero de entrenamiento.
!¡Que salga!
!¡Que salga!
Narrador: Frazier dijo: "Ambos tenemos ganas de enfrentarnos", y siguió refiriéndose a Ali como Clay.
"Si pasas mucho tiempo cerca a ese tipo, puede que cuando la campana suene, sientas mucho odio en tu corazón".
Ali: Esto me prepara para Joe Frazier.
Se parece a Joe Frazier.
Árbitro: !¡Tiempo!
Joe, ¿con esto te sientes más decidido a acabarlo?
Más te vale creerlo.
Jerry: Cuando se enfrentaron, no había un título en juego.
Le pregunté a Ali por qué vendrían las personas a ver una pelea sin un título, ¿sabes?
Después de la paliza que Foreman le dio a Frazier.
Me retiré cuatro años, te di una paliza.
Dijo: "Bueno, las personas vienen a verme, pero sin Joe Frazier no podrán ver lo mejor de mí".
A mi preguntan que cuál es la mejor pelea de Ali.
La segunda contra Frazier.
Ali entrenó muy bien.
Saco, pera, buenos compañeros de entrenamiento en clima frío, corrió, su mamá y su papá cocinaban en el campamento, su hermano Rahaman, todo el mundo.
Todo estaba bien.
Todo.
Ali tenía todos los ingredientes.
Ali: Estoy listo para darle otra paliza a Joe Frazier.
Pero esta vez lo dejaré más claro.
Esta vez voy en serio.
Narrador: Joe Frazier, que solo defendió su título dos veces antes de perder contra Foreman, también entrenó con gran entusiasmo y le dio forma a su cuerpo, como dijo un reportero, "el de un hombre que martilla una barra de acero hirviendo".
El 23 de enero, cinco días antes de la pelea, los dos hombres se vieron con Howard Cosell para grabar un segmento del Amplio Mundo de los Deportes de ABC.
Ali: Ahí se ve lo tonto que eres... Frazier: Cómo es que la gente... Ali: Habló del hospital.
Pero no habla de él mismo.
¿Cuál es la diferencia?
¿Por qué hablas del hospital?
Frazier: ¿Por qué crees que soy un ignorante?
Ali: Fui al hospital.
Frazier: ¿Por qué crees que soy un ignorante?
Ali: ¿Cómo voy a saber?
Frazier: ¿Por qué crees que soy un ignorante?
Ali: Oye, hermano.
Siéntate.
Frazier: Dímelo, dímelo.
Ali: Siéntate, Joe.
Frazier: Dime, ¿Por qué crees eso?
Ali: Ya basta, los hermanos están aquí.
Frazier: ¿Tú también estás en esto?
Ali: Que te sientes, Joe.
Frazier: !¡Suéltame!
Ali: Vamos, Joe.
Howard Cosell: Se han presentado estas situaciones todo el tiempo para promocionar la pelea.
Pero parece que esta fue real.
Porque Joe Frazier está muy enojado.
Muhammad le dijo ignorante y está muy enojado.
No creo que sea una actuación.
Es una escena muy fea... Dave: Pues, para empezar, para ser un luchador, tienes que ser cruel.
Tienes que ser cruel en el cuadrilátero.
Pero no fuera de él.
Mi raciocinio psicológico sobre lo que pasaba es que Ali era más cruel cuando estaba más asustado.
Y creo que el que más lo asustaba era Joe Frazier.
La deplorable conducta de Muhammad Ali y Joe Frazier... Narrador: Después del forcejeo, ambos boxeadores fueron multados con 5 mil dólares por la Comisión Atlética de Nueva York.
Esta vez, las apuestas en Las Vegas favorecían a Ali.
Dunphy: !¡Aquí viene!
Narrador: A las 10 y 20 de la noche del 28 de enero de 1974, ante un Madison Square Garden con las entradas agotadas, Muhammad Ali entró al cuadrilátero.
Dunphy: Aquí viene Joe Frazier.
El veloz Joe.
Narrador: Frazier entró un minuto después.
Dunphy: Están viendo al hombre que muchos consideran el atleta más espectacular de todos los tiempos, Muhammad Ali.
Esta noche Joe Frazier tiene la oportunidad de probar lo que creemos que probó hace tres años: que es un mejor boxeador que Muhammad Ali.
Michael: Joe viene de haber perdido contra George Foreman.
Eso va a influir en el nivel de destreza.
Pero con Ali y Joe siempre era muy personal.
Ellos dos se detestaban.
Eran enemigos de por vida.
Narrador: En el primer round, Ali lanzó shuffles y jabs e impidió que Frazier encontrara su ritmo.
Dunphy: Frazier llega muy abierto.
Muy abierto.
La pregunta es si Frazier puede aguantar este castigo y si Ali desacelera.
Narrador: Más adelante en el segundo, Ali hizo tambalear a Frazier con un fuerte golpe en su cabeza.
Dunphy: Ali domina la pelea.
Michael: La diferencia entre esta pelea y la primera es que Muhammad está centrado en que Joe lo encuentre a través de su movimiento.
Cuando intentas que un tipo te encuentre, puedes perturbar su ritmo.
Porque si me muevo, no puedes controlar cuando doy el golpe.
Yo controlo cuando tú das el golpe.
Dunphy: Ali mantiene a Frazier fuera de balance.
Narrador: A medida que avanzaba la pelea, Ali mezclaba sus jabs con ganchos y combinaciones, y recurría a agarres para reprimir los ataques de Frazier.
Dunphy: Ali haciendo agarres.
Michael: En la primera pelea, Joe parecía el demonio de Tasmania.
Nunca dejó de dar golpes.
Y si Ali lo agarraba, se podía ver a Joe sacando las manos, las bajaba y seguía golpeando.
En la segunda pelea, cuando Ali agarraba a Joe, nunca vimos a Joe reaccionar así.
Cooperaba con Muhammad.
Dunphy: Ali está superando a Frazier.
Frazier no puede darse el lujo de perder más rounds.
Narrador: Frazier seguía acercándose, absorbiendo los puños de Ali mientras intentaba meterse debajo de los brazos de Ali y propinar su letal gancho de izquierda.
Dunphy: !¡Oh, ahí le dio!
Michael: Lo que frenaba a Frazier eran los fantasmas por haber sido noqueado por George Foreman un año antes.
Era el campeón de peso pesado, fue a Jamaica y terminó noqueado por él.
Howard Cosell: !¡Frazier a la lona!
Michael: Eso hace que te desplomes.
Es algo que nunca podrás olvidar.
Así que este Joe Frazier y el del 71 eran dos personas distintas.
Si eres Joe Frazier, cada vez que te peguen, un buen golpe, vas a pensar en la última vez que te noquearon.
Narrador: En los rounds siete y ocho, Frazier se abrió camino, propinándole a Ali varios golpes devastadores, incluso uno que envió a Ali contra las cuerdas al tiempo que sonó la campana para marcar el final del octavo round.
Locutor 4: !¡Oh, le dio!
Eso le dolió.
Dunphy: La cara de Ali se está hinchando.
Locutor 4: Ese ha sido de lejos el mejor round de Frazier.
Dunphy: En este punto Frazier muestra mucha confianza.
Narrador: En el noveno round, con la cara hinchada por los golpes de Frazier y con sangre en la nariz, Ali le propinó diez golpes a Frazier por cada golpe que Frazier le dio, inspirando a un electrizado público a gritar "!¡Ali!".
Dunphy: Esta pelea es tan buena como la última.
Hay mucha emoción en el viejo Madison Square Garden.
Llegamos al último round.
No existe el mañana, solo esta noche.
Este combate podría terminar en empate.
Narrador: "!¡Tienes que detenerlo para ganar!"
le gritó Dundee a Ali, mientras Frazier lo perseguía lanzando ganchos de izquierda de forma desesperada.
Bundini: !¡Tienes que ganar este round, campeón!
Dunphy: !¡Impresionante gancho de izquierda!
Frazier está dando buenos golpes.
Ahora parece que no le importa.
Lo están dando todo.
Es una pelea por sobrevivir.
!¡Qué final!
[música alegre] ♪ [campanadas] Dunphy: Ahí lo tienen, se acabó.
El trabajo de los jueces está hecho.
Anunciador 2: Damas y caballeros, les pido su atención por un momento, por favor.
Aquí está la decisión.
El ganador por decisión unánime es !¡Muhammad Ali!
Narrador: Tres años después de perder en "La pelea del siglo", Muhammad Ali vengó su derrota ante Joe Frazier.
Howard: No es el mismo luchador que era contra Liston.
Ya no está invicto porque Frazier ya lo derrotó.
Sabemos que pueden hacerle daño porque Norton le rompió el maxilar.
Entonces, ¿quién es este boxeador?
Ese también es el atractivo de Ali.
El competidor que tiene algo nuevo para dar, para demostrar que es un gran peleador.
Es un gran hombre, y solo podía demostrarlo contra alguien como Frazier.
Tienes que tener un gran competidor en frente para demostrar tu grandeza.
Narrador: Después de la pelea, Frazier les aseguró a los reporteros que no estaba acabado.
Les dijo: "Quiero pelear con él una vez más".
"Le voy a dar otra oportunidad a Joe", dijo Ali.
"Yo no lo voy a esquivar".
Ali: Creo que esta pelea fue mucho mejor que la primera.
Ustedes hablan de la súper pelea número dos.
Dos boxeadores que no son campeones y se golpearon a matar.
Quisiera volver a decirlo para sorpresa de todos.
Volvimos a dar una pelea que ninguna pelea de peso pesado jamás podrá superar.
Narrador: Los promotores, reporteros y aficionados estaban ansiosos por ver a los excampeones enfrentarse en una tercera pelea y zanjar su rivalidad de una vez por todas.
Pero Ali quería recuperar la corona de peso pesado más que nada.
Para hacerlo, tendría que derrotar al actual campeón, George Foreman.
♪ Todd: George Foreman había hecho que los círculos boxísticos sintieran temor a Dios.
Porque Ali enfrentó a Frazier, Frazier noqueó a Ali y ganó la primera pelea, luego Frazier enfrentó a George Foreman... y en los dos primeros rounds Foreman acabó con él.
Howard Cosell: Se terminó.
Se terminó en el segundo round.
Todd: George Foreman no solo estaba dando palizas, estaba destruyendo a sus oponentes.
Noqueaba a los peleadores como si nada.
Narrador: George Foreman tenía 25 años, medía 6 pies y 4 pulgadas y pesaba 225 libras.
Había ganado todas sus 39 peleas, 36 de ellas por nocaut.
Foreman, que creció pobre y con hambre en una sección de Houston inundable y llena de criminalidad conocida como "el sangriento Fifth", solía meterse en problemas con la ley antes de unirse a los Job Corps cuando tenía 16 años.
Ahí obtuvo su GED, se capacitó como carpintero y albañil, y comenzó a boxear.
George: Aún me falta mucho para ser profesional.
Pero cuando lo haga, llegaré a la cima.
Reportero 13: ¿A qué se refiere con llegar a la cima?
George: La cima es el campeonato mundial de peso pesado.
En serio.
Narrador: A los 20 años ya había ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Ciudad de México en 1968 y se había vuelto profesional.
El reportero deportivo Hugh McIlvanney escribió que la forma de ganarle a Foreman era "bombardearlo por tres días seguidos y después enviar la infantería".
"Él no es el verdadero campeón", se burló Ali, quien dijo que Foreman era un "peleador afeminado".
"Yo soy el verdadero campeón".
♪ "Habrá pelea con George Foreman cuando él nos diga que quiere pelear", afirmó el promotor y abogado de Ali, Bob Arum, quien creía que se necesitarían diez millones de dólares, cinco para cada boxeador, para concretar la pelea.
Pero Arum no era el único promotor que tenía planes para Muhammad Ali.
Narrador: Don King alguna vez había manejado un juego de números ilegal en Cleveland, Ohio, antes de ser declarado culpable de homicidio en segundo grado por zapatear a un exsocio a muerte a las afueras de un bar en 1966 por una deuda.
Después de que el juez redujera inesperadamente su cadena perpetua, King cumplió una sentencia de menos de 4 años de prisión.
Después de salir de prisión, convenció a Ali de luchar en un evento benéfico a favor de un hospital de Cleveland en problemas.
Aunque sus esfuerzos recaudaron decenas de miles de dólares, el hospital Forest City recibió tan solo un poco y cerró cinco años más tarde.
Pero Don King descubrió su vocación.
Estoy muy feliz de formar parte de esto.
Soy un embaucador extraordinario.
Es por eso que creo que solo me comparo con dos o tres grandes promotores en nuestro tiempo.
Ellos son P.T.
Barnum, Michael Todd y quien les habla.
Narrador: Llamativo y bravucón, Don King hablaba en torrentes rítmicos, citaba a Shakespeare ampliamente y mantenía sus ahorros en efectivo, para que los blancos no le quitaran su dinero y nadie se enterara de cuánto dinero tenía.
Era persistente y persuasivo, y al ser un emergente promotor negro en una profesión controlada por blancos, podía enviarles un poderoso mensaje a los boxeadores afroamericanos que dominaban el deporte: él los entendía de formas que los promotores blancos jamás podrían.
King adquirió participaciones con varios pesos pesados prometedores, organizó impresionantes campañas promocionales, traicionó a sus socios, estafó a los boxeadores y los abandonaba en el momento en que perdían.
Narrador: Pero antes de representar a Ali, King necesitaba la aprobación de Elijah Muhammad, quien había vuelto a acoger al boxeador de forma discreta.
En una reunión en Chicago, King le preguntó al líder de la Nación del Islam por qué permitía que un hombre blanco, Bob Arum, promoviera los combates de Ali.
Don King le garantizó que él podría hacerlo mejor.
Si bien King declinó la invitación para unirse a la Nación del Islam, Elijah Muhammad le dio su bendición al promotor.
El discurso de King con todos los atletas negros era, "no hagas negocios con los judíos, haz negocios conmigo, soy de tu misma raza".
Narrador: Don King le dijo a Ali y a Herbert Muhammad que les conseguiría a Ali y a George Foreman cinco millones de dólares a cada uno, el doble de lo que Ali y Frazier ganaron en su pelea por el título.
King le prometió a Ali un pago por adelantado y acordó que, si fallaba en hacer los pagos siguientes, Ali podía retirarse con el dinero que ya hubiera recibido.
Bob: Herbert me buscó y me dijo: "¿Qué debería hacer Ali?"
Le dije: "Que reciba el anticipo, que reciba el dinero, es dinero fácil.
Van a recibir el anticipo y luego se van a salir.
No hay forma de que King consiga ese dinero".
Narrador: King le dijo a Ali: "Esta no es una pelea más.
"Libertad, justicia, "eso es lo que vas a ganar para tu gente cuando recuperes el título".
El 14 de febrero de 1974, King viajó a California, en donde George Foreman estaba entrenando para su próximo combate con Ken Norton.
El promotor acorraló al campeón en el estacionamiento de su hotel.
Foreman, que se había divorciado recientemente, cuyas finanzas eran un desastre después de seguir los mezquinos consejos de sus entrenadores y que no podía pelear en Estados Unidos por las retenciones a sus ganancias, estaba de mal humor.
Los hombres caminaron por el lugar durante dos horas mientras King le daba su discurso.
"Sé que te están arruinando", le dijo King al campeón.
"Pero te voy a dar la oportunidad de ganar cinco millones de dólares".
King también le prometió a Foreman que podría conseguirle a Ali.
King: Para George Foreman fue muy difícil.
Cuando busqué a George Foreman y le dije que Ali era mi amigo y que podía conseguirle una pelea con él, me dijo: "¿Qué puedo ganar dándole una paliza a un viejo?"
Dijo: "Si le hago daño, me van a ver con desprecio "porque las personas lo adoran, y además de eso es muy hablador".
Le dije: "Por eso, por eso, George.
En eso tienes razón.
Ciérrale la boca".
Narrador: "Esta es mi promoción", dijo King, señalando la piel de su brazo.
"Voy a confiar en ti", le dijo Foreman.
"La pelea es tuya".
Antes de despedirse, King le pidió a Foreman que firmara tres páginas en blanco, prometió que incluiría los detalles más adelante y que luego enviaría el acuerdo al abogado de Foreman.
Ali: Los golpes de Foreman son más fuertes que los míos.
Narrador: El 26 de marzo de 1974, Muhammad Ali observó desde la tribuna en Caracas, Venezuela, como Foreman acabó con Ken Norton a los dos minutos del segundo round.
Ali: Estoy seguro de que cuando me enfrente a George Foreman será una pelea muy fuerte.
Pero después de ver esto, tengo la seguridad y la confianza de que seré el próximo campeón de peso pesado.
Howard Cosell: ¿Vas a enfrentarlo en África en septiembre como se ha informado?
Ali: Sí, voy a luchar con él en un lugar a donde no puedes ir.
Howard, lo voy a enfrentar en el Congo, donde viven los chicos Lumumba.
Si los molestas, te cocinan.
Narrador: En las semanas siguientes luego de que Ali y Foreman firmaran para King, el promotor había buscado financiamiento desde Wall Street, pasando por Dallas hasta el Madison Square Garden y finalmente París, donde convenció a representantes de la República de Zaire, una antigua colonia belga en África Central, de que respaldaran la pelea.
Narrador: De regreso a casa desde Caracas, Muhammad Ali interrogó al excampeón de peso pesado Joe Louis.
"¿Alguna vez cortaste madera cuando entrenabas?
", le preguntó.
"Todo el tiempo", contestó Louis.
"Creo que voy a cortar un poco antes de la pelea con Foreman", dijo Ali.
"Mejor corta mucha", le aconsejó Louis.
CONTINUARÁ.
[canción "Sympathy For The Devil" de The Rolling Stones] ♪ ♪ Narrador: En el último episodio de Muhammad Ali... Gerald Early: Era una pelea sobre quién sería el campeón del mundo negro.
Narrador: La pelea en la selva.
Multitud: !¡Ali bomaye!
Narrador: El suspenso en Manila.
Howard Bryant: Ese capítulo no había terminado.
Narrador: Y el legado de un campeón.
Rasheda Ali: Que el boxeo significaba esto, pero que su evolución hacia la persona que era ahora era mucho más... Narrador: No se pierdan el último round de Muhammad Ali.
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♪ ♪ ♪ Gran parte del financiamiento de Muhammad Ali fue gracias a David M. Rubenstein que invierte en personas e instituciones que nos permiten comprender el pasado y nos preparan para el futuro.
Y a las fundaciones Arthur Vining Davis que invierten en nuestro futuro en común y a la sociedad Better Angels y sus miembros Alan y Marcia Docter, el señor Paul Tudor Jones y su esposa, el fondo de beneficencia de la familia Fullerton Gilchrist y Amy Berg la fundación Brooke Brown Barzun, la fundación Owsley Brown III y la fundación Augusta Brown Holland.
Perry y Donna Golkin, John y Leslie McQuown, John y Catherine Debs, Fred y Donna Seigel, Susan y John Wieland y a estos otros donantes.
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